Ese, el que te robó lo que amabas

Ese el que te robó la sonrisa, quién en un principio hizo de todo por verte sonreír para luego destruírtela con la más cruel mentira: haberte dicho que te quería.
Recuerda que quién te quiere no te lastima…
Y él lo hizo con mentiras, con traiciones,
ese hijo de puta que te hirió, que tomó lo mejor de ti y luego huyó cómo lo hacen los cobardes.
Ese hijo de puta no te merece…

No merece tus lágrimas, no merece que en las noches no duermas por pedirle al cielo que regrese.
No mereces cosas a medias, no mereces que a veces sí o a veces no te quieran.
No mereces la mediocridad de amor que él te daba.
Dime que tanto daño te hizo, que hizo para volverse especial; dime de que tanto se aprovechó ese oportunista.

Ese hijo de puta no merece nada.
No merece tus miradas
no merece tus suspiros, no después de todo el daño que te hizo.
No detengas tu vida porque se fue, no te lamentes de no haber hecho algo bien…

¿Qué te detiene a dejarlo ir?

Ya no veas sus fotos
no revises sus estados
no preguntes a sus amigos
no te hagas más daño.

No le dediques noches de desvelo,
olvida su perfume, deja que se evapore…
Recuerda que se ausentaba por días
no te llamaba ni te buscaba
que más pruebas quieres para darte cuenta que no te amaba.
Date el tiempo de superarlo, deja que se borren de tu piel sus caricias, esas que una vez te hicieron sentir viva…

Deja que cicatricen las heridas.

No sigas siendo la tonta que lo ama,
deja ir sus mañas…
No le des el poder para hacer de ti lo que se le da la gana.
Eres más fuerte de lo que tú crees así que déjalo que se vaya, no sólo en presencia…
Deja de deshabite tu alma.
Créeme que no va a arrepentirse,
los hombres cómo él no sienten.

Si quieres llorar, llora… adelante
deja que todo salga.
Deja a ese hijo de puta que se vaya…
de tu casa y
de tu alma.

No te reproches nada
tu no fuiste la del problema,
el asunto fue que ese
no supo quererte.
Promete que vas a olvidarlo
debes dejarlo atrás si no, no vas a poder dar con quién en verdad te quiera amar, porque vas a traer el fantasma de ese cabrón.
No te destruyas más así corazón.

No lo idealices no te aferres a que era el amor de tu vida.
No más mi niña, no esperes tanto de un perdedor.
No malgastes más tus días.

Ese hijo de puta no te merece
ese hijo de puta no te ha amado,
Si fuese así no te hubiese dañado
cariño,
ya es momento de que empieces a olvidarlo.

“La pierdes.”

La pierdes cuando la conviertes en una opción
cuando ella te tiene como una prioridad.
Cuando le pides un tiempo,
y el tiempo para ella es oro a tu lado.

La pierdes cuando le haces grises los días,
ella que se convertiría en arcoíris por pintar
tu maldita tristeza.
La pierdes cada vez que le mientes.

La pierdes cada vez que la dejas
y se siente un poco vacía.
La pierdes cada vez que la usas.
Física o emocionalmente.
La pierdes cuando te alejas
y actúas como si no fuera nada cuando regresas.

La pierdes cuando le dices que se vaya
y luego te enfadas con ella.
La pierdes cuando ya no la llena de detalles
y le empiezas a regalar lágrimas.

La pierdes cuando le dices que la quieres,
pero no lo suficiente como para decirle para qué.
La pierdes cada vez que dices luchar juntos,
pero ella es la única que sigue en la guerra

La pierdes cuando le dices que la amas,
pero todo lo que dices es una contradicción de cómo actúas.
Cuando no respondes y ella se queda mirando su teléfono.

La pierdes cuando ella susurra adiós cuando todo lo que quiere es que le digas que se quede un rato más.
La pierdes porque no mereces a alguien como ella.
Porque, sólo será después de perderla,
que te darás cuenta de lo que tenías.
Pero para entonces ya será demasiado tarde.